El Jariyá, Kharga, pronunciación árabe: al Jāriya, en árabe egipcio coloquial: al Jārga, y su significado es desierto sur, es la capital de la Gobernación de Nuevo Valle (Uadi el Jadid), considerando el oasis más meridional de Egipto, de los seis occidentales.
Se ubica en el desierto de Libia, unos 200 km al oeste del valle del Nilo, y tiene unos 150 km de largo. La gobernación alberga una población de 187.256 habitantes en el año 2006.
Sobre la historia del oasis de Kharga
La historia del oasis de Kharga siempre ha estado condicionado por su posición estratégica en las rutas caravaneras: es el primero cuando se parte desde Luxor en dirección a los otros oasis del Desierto Occidental. Y, aún más importante, era territorio de paso de la ruta que partía de Darfur, la actual territorio de Sudán, antiguo reino de Kush, y terminaba en Asiut, donde se transportaban importantes mercancías como marfil, oro, animales y plantas.
El nombre de esta ruta es Darb El Arba’īn , La Ruta de los 40 días, pues ese era el periodo para completarla en su totalidad, y se consideró una de las principales vías de comunicación entre el Reino de Kush y Egipto.
Aunque esta ruta ya era conocida y explotada desde tiempos del Imperio Antiguo, cuando desarrolló un importante plan defensivo fue durante la época grecorromana, pues se construyeron muchas fortalezas y puestos de vigilancia, de los que aún quedan muchos vestigios.
Y por la importancia de las necrópolis cristianas conservadas y la inmensidad de sus monasterios, se puede imaginar que el final de la época romana y en el periodo bizantino fue uno de los periodos más prósperos y exitosos de Egipto. También el líder cristiano Nestorio, patriarca de Constantinopla fuera deportado al oasis de Kharga tras ser considerado un hereje, y murió en el 451 d.C.
Las fortalezas romanas
Todos los oasis siempre han sido una encrucijada de las rutas de caravanas, donde convergían en el árido desierto. En cuanto Al Jariyá (Kharga), esto es un evidente especial por la presencia de una cadena de fortalezas que los romanos ordenaron construir con el fin de proteger Darb el Arbain, la larga ruta de caravanas que se extienden de norte a sur, entre Egipto Medio y Sudán.
Estas fortalezas se diferenciaba en el tamaño y función, convirtiéndose en algunas pequeños puestos avanzados para la vigilancia de los mayores asentamientos. Otras fortalezas se construyeron en poblados que ya existían anteriormente, mientras que hay algunas que, probablemente, fueron de nueva fundación. Todas ellas están hechas con adobes que se tratan de ladrillos de barro, aunque algunas también contienen pequeños templos de piedra con inscripciones grabadas en sus muros. Muchos de estos lugares han sufrido relativamente pocos daños, pero han conservado su antiguo aspecto.
¿Qué se puede ver en el Oasis de Kharga?
La ciudad de Kharga, la más importante del oasis, no es precisamente pintoresca. Allí podemos recomendar a usted visitar el Museo de Antigüedades de Kharga, es un espacio que alberga piezas recuperadas en los diferentes yacimientos arqueológicos de la zona. Tenemos que tener en cuenta que en todo el oasis se conservan fortificaciones de la época grecorromana que se levantaron para proteger la ruta caravanera.
En los alrededores de la ciudad de Kharga hay la mayoría de los atractivos turísticos, especialmente el templo de Hibis que es la joya del Oasis de Kharga, este templo fue construido durante la dinastía XXV, en torno al siglo VI a.C., estaba dedicado a los dioses Amón, Mut y Khonsu (o Jonsu), también conocidos como la tríada tebana. Hoy en dia se guardan las columnas de su sala hipóstila y algunos bajorrelieves con representaciones de otros dioses, como Osiris y Seth.
Cerca hay otro sitio fascinante que permite comprender los ritos funerarios de las primeras épocas del cristianismo. Podemos hablar de la necrópolis de Al-Bagawat, que cuenta con algunas tumbas cuyas paredes y columnas de adobe permanecen en pie.
El Oasis de Kharga también es famoso por sus artesanías, sobre todo su cerámica. En la ciudad hay un buen número de tiendas que venden piezas de cerámica, además de talleres de alfarería donde se puede ver a los maestros desempeñar sus labores. Otro rincón imperdible de Kharga es su ajetreado bazar o souk ubicado en la parte sur de la ciudad.
El Jariyá (Kharga), es la capital de la Gobernación de Nuevo Valle (Uadi el Jadid), siendo el oasis más meridional de Egipto, de los seis occidentales. Se encuentra en el desierto de Libia, unos 200 km al oeste del valle del Nilo, y tiene unos 150 km de largo. La gobernación alberga una población de 187.256 habitantes.
Este oasis en particular se encuentra repleto de templos que datan de toda la historia de Egipto conocida, por lo que además de ser un excelente lugar para visitar dentro de Egipto, este es un lugar muy importante para la arqueología, ya que ha sido en varias oportunidades el protagonista de algunos de los descubrimientos más importantes de todos los tiempos en lo que a la arqueología dentro e Egipto se refiere.
Otros lugares turísticas en el oasis de Kharga
Además de esta concentración de atractivos históricos artísticos en la zona de la capital, el resto del oasis de Kharga también guarda otros vestigios, en diversos estados de conservación. La mayoría de ellos son restos de fortificaciones construidas en época grecorromana y sirven como interesante muestra de la seguridad que se quiso dotar en aquel tiempo a esta ruta caravanera:
Ain Um Dabadib: es una fortaleza romana, enclavada en plena elevación del desierto, a más de 20 km al noroeste de la ciudad de Kharga. Había un acueducto asociado a él, es de gran complejidad. Llegar hasta aquí no es nada fácil, por su lejanía y por su ubicación aislada en un paraje escarpado, así que es esencial hacerlo en compañía de un guía experto en el terreno y un vehículo 4×4 en perfectas condiciones.
Qsar al-Ghueita: había un templo de época ptolemaica, que fue dedicado también a la tríada tebana en el interior de su recinto.
Qsar Al-Zayyan: de época romana
Qsar Al-Dush: una fortaleza romana con cementerio y alberga dos templos, uno en adobe y otro en piedra caliza